martes, 28 de agosto de 2007

22 agrupaciones locales de la Ribera piden la dimisión de Carlos Chivite, de la CER y el perdón del Grupo Parlamentario

Fuente: Diario de Noticias (28/08/2007)
Tres exigencias claras: la dimisión de Carlos Chivite como secretario general del PSN, la de todos los miembros de la Ejecutiva regional y el mandato al grupo parlamentario para que pida perdón a la militancia por haberse "doblegado" ante los intereses electorales de Ferraz entregando el poder a la derecha. Estas son las principales conclusiones del documento que ayer consensuaron en Valtierra representantes de las 22 agrupaciones locales de la Ribera que, en ese mismo texto, explicitan que la apuesta del partido debe seguir siendo "conformar un gobierno de convivencia, progreso y de izquierdas con NaBai e IUN" aún por encima de las "imposiciones" de Madrid.


Asimismo y a nivel interno, este grupo exige que las relaciones del PSN con el PSOE sean de igual a igual, garantizando el derecho de decisión de los socialistas navarros en la línea de las promesas incumplidas de Rodríguez Zapatero en el debate sobre el Estado de la Nación: "Para evitar estas disfunciones y aberraciones, planteamos que se modifiquen los estatutos del PSOE para que entre el PSOE y el PSN se puedan establecer unas relaciones de igualdad y poder así tener capacidad de decisión y autonomía suficiente para dejar de aparecer ante la sociedad navarra como una mera sucursal de Madrid".


El documento, muy duro en su redacción, recibió el apoyo casi unánime de todas las delegaciones presentes en una cita (casa de cultura de Valtierra) que sirvió para preparar el Comité Regional que se celebrará el sábado en Pamplona y al que acudirá el secretario federal de Organización, José Blanco. A éste, los firmantes del documento le acusan de ser el máximo responsable de la "traición" que el PSN habría cometido no sólo contra su militancia sino "contra toda la sociedad navarra a la que prometimos cambio" para luego "entregar y regalar el poder a UPN". Los riberos lo tienen claro, tras la imposición de Ferraz, el PSN es un partido que "carece de credibilidad porque denota que no tiene principios, ni valores, ni código ético, ni dignidad, sólo puro y duro cálculo electoral".


A su juicio, lo ocurrido en el PSN es "quizá de lo más grave que le pueda ocurrir a un partido porque no se justifica, en absoluto, la manera de proceder ni en el fondo ni en las formas, de los compañeros de Madrid desautorizando, doblegando y humillando la voluntad y el sentir general, casi unánime, del Partido Socialista de Navarra". Para este grupo de críticos, el veto de Madrid al cambio político aún por encima del clamor del PSN y de la sociedad navarra pone en juego "la propia democracia interna del partido" puesto que tal mandato "atraviesa la raya divisoria entre lo que es democracia y las actitudes autoritarias". El resultado es que "ante la sociedad nos sentimos humillados y estamos tan desacreditados que no podemos levantar cabeza".


Sentencian que "la decisión final de Madrid ha sido para nosotros mortal de necesidad". Creen que "nos ha faltado al respeto hiriendo gravemente nuestra dignidad porque si se nos impide opinar y se nos niega, de forma tan antidemocrática, nuestro derecho a decidir, es como si se nos negara el aire y, por tanto, el derecho a la vida política". Concluyen que "se nos ha ninguneado, provocado y humillado".



Califican el 3 de agosto, día en el que Blanco impuso el veto al cambio político, como "fecha fatídica para Navarra" y aseguran que en esa decisión "no sólo hay incongruencias, incoherencias y contradicciones con nuestros mensajes de campaña, sino también responsables que han provocado esta situación de frustración, desengaño y decepción, porque, al final, todo suena a engaño mentira y traición". Los responsables en Madrid están en la Ejecutiva Federal, pero para este grupo, más grave aún es la postura de Carlos Chivite aferrándose al cargo tras "limitarse a manifestar que no comparte la decisión de Madrid, pero que la asume". Para los riberos esto sólo se puede entender como "un desprecio y una traición al deseo y voluntad" de todo el PSN, expresados en los sucesivos posicionamientos de su Comité Regional (15 y 27 de junio, 4 de julio y 1 de agosto).



Para este grupo, "el honor, la dignidad y la ética de nuestros dirigentes suele brillar por su ausencia como se acaba de comprobar tanto por el secretario general, Carlos Chivite, como por la mayoría de los miembros de su Ejecutiva". En un mensaje directo a éste, aseguran que no se puede justificar su permanencia apelando a "salvar el barco que naufraga" cuando, en realidad, lo que se pretende es "salvar los puestos, los cargos y los sillones" como lo entienden "la gente en general y también nuestra gente". Califican a Chivite como "un mal dirigente político" y un "mal gestor-negociador con Madrid", lamentan que no haya tenido el coraje de seguir los pasos de Fernando Puras y piden su dimisión y la de su equipo directivo "porque consideramos que la recuperación del PSN, en forma de confianza y credibilidad por parte de la sociedad" sólo se puede dar a través de gestos "que sean radicales y significativos".



De no llevarse a cabo estas medidas, los riberos tienen claro que las imposiciones de Madrid "tendrán su precio político a corto y a largo plazo, porque el paso del tiempo suele borrar casi todo, menos las mentiras y las traiciones". Los ayer reunidos acordaron mantener la unidad de criterio de cara al Comité Regional que se celebrará el sábado en Pamplona, transmitir esa unidad ante José Blanco y trasladarle el documento. A partir de entonces y en función de las respuestas recibidas, cada cual tomará sus decisiones.

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