martes, 20 de noviembre de 2007

Ante el proyecto de Presupuestos Generales de Navarra de UPN-PP

Durante los últimos años hemos criticado, con razón, las políticas sociales de UPN, especialmente en el campo sanitario, educativo, cultural, y de bienestar social. Por lo conocido hasta ahora, y más allá de maniobras figurativas, su intención es seguir por el mismo camino. ¿Es posible justificar ahora nuestro apoyo a los Presupuestos de UPN para 2008? Más aún teniendo en cuenta una máxima de un insigne dirigente regionalista, recientemente pre jubilado, cuando afirmo al quedar fuera de la negociación presupuestaria de hace algunos años: “ yo os daría todo lo que pidierais…, si después lo voy a gestionar yo”.

¿Cómo podemos apoyar un presupuesto a quien no hace lo recíproco en Madrid? Esta vez el PSOE ha tenido más dificultades que nunca para lograr el apoyo mayoritario y UPN ha hecho, como siempre, lo que le ordenó el PP. ¿Es esta la correspondencia política deseada?.

La sociedad navarra no llega a saber si la actual relación del PSN con UPN, en materia presupuestaria es mediática, virtual, real, interesada o figurada. El Gobierno remite el Anteproyecto al PSN, el cual dice que nada está decidido y todas las posibilidades están abiertas, y que no hay negociación. Acto seguido el ejecutivo, modifica su propio Anteproyecto, para atender las demandas del PSN. ¿Cómo podemos desmentir el rumor de la calle, de que todo esta pactado, o de que hay una negociación encubierta?

Pero además de razones coyunturales, incluso de oportunidad, hay una razón fundamental. Los dirigentes de un partido político deben guiarse en su praxis por la doctrina emanada de sus documentos congresuales. En los nuestros, en la ya famosa página 6, se señala la imposibilidad de un pacto con UPN. ¿No sería pacto aprobar sus presupuestos en las circunstancias actuales? ¿Podrían interpretarlo nuestros afiliados y votantes como una traición al espíritu y la letra de esos documentos? ¿Supondría un nuevo jarro de agua fría para ese sector de izquierdas, que duda entre votarnos o abstenerse en las próximas elecciones? Y el interrogante fundamental: ¿Qué gana UPN, y que perdemos nosotros?

Estos no son nuestros presupuestos, ni lo van a ser con leves retoques. Se parecen como una gota de agua a los presupuestos de UPN-CDN de los cuatro últimos años. No se aprecia ni por asomo, el giro importante que pudiera, y tan sólo por razones de contenido, considerar la posibilidad de pactarlos. Por eso si no queremos cometer un error, y más después de lo que ha llovido, no debe existir ninguna duda para su rechazo.

Todo lo anterior implica rechazar cualquier acuerdo o pacto presupuestario. El mensaje tiene que ser claro: No al acuerdo o pacto presupuestario.

El pacto presupuestario con UPN supondría que el PSN se visualizara ante la opinión pública de Navarra, especialmente la mayoría social de progreso, como una opción política cuya única aspiración no es sustituir a UPN en las tareas de gobierno, sino únicamente tratar de “moderar” o “condicionar la política de la derecha gobernante”, convirtiéndose de hecho en simple bisagra política. Es decir, convertirse en un nuevo CDN. Si de verdad queremos que la ciudadanía nos crea tenemos que hacer una oposición real y progresista. Y eso empieza por manifestar con claridad nuestro rechazo a estos presupuestos, en primer lugar por su contenido. En segundo lugar, por la nula confianza en la gestión de los mismos, vistos los antecedentes inmediatos. Y, en tercer lugar, porque es muy difícil que alguien pueda creerse que somos la alternativa de UPN-PP, si precisamente hacemos un acuerdo presupuestario con este partido.

No debemos dejar el liderazgo de la oposición a Na Bai. Si eso pasara, el PSN tendría pocas posibilidades de mantenerse como opción política con aspiraciones para gobernar Navarra. Una regla de oro para un partido mayoritario, y nosotros tenemos vocación de serlo, que pretende convencer a una mayoría social es plasmarse como alternativa a un proyecto y a una forma de hacer política, la de UPN-CDN, absolutamente alejadas del fondo y la praxis del proyecto socialista. De lo contrario, asumiendo el papel de mero condicionador o bisagra del espectro político, el PSN estará condenado a la irrelevancia política.

No se trata de bloquear la acción institucional de Navarra, pero si de impedir que sigamos con unos presupuestos similares a los anteriores, que sustentaban y caracterizaban políticas conservadores e insolidarias que tantas veces hemos criticado. La estructura y filosofía presupuestaria, para el 2008, hasta ahora conocida, es más de lo mismo. Es evidente que impiden, junto con otras razones antes expuestas, cualquier acuerdo o pacto presupuestario con el PSN-PSOE.

La actual dirección del PSN, no debe equivocarse de estrategia ni de táctica. No basta con una simple comparación cuantitativa entre los borradores y el proyecto, no sirve el aumento del montante de gasto de los departamentos. Lo importante es la comparación con los presupuestos aprobados estos últimos años con la prepotencia de la mayoría absoluta de UPN-CDN, y si verdaderamente van a suponer un giro en las políticas a las que nos tienen acostumbrados. También es necesario “luz y taquígrafos”, pues la sensación general instalada en la opinión pública es que todo esta pactado. El PSN-PSOE no está obligado a pactar, y UPN-PP no debe dar por hecho nuestro apoyo, en una pretensión inaceptable de hacer pagar al PSN el coste político que supone su estabilidad gubernamental, máxime manteniendo los anteriores parámetros de actuación política. Es el Gobierno de Navarra quien tiene la obligación de remitir el proyecto al Parlamento de Navarra, y es el responsable del éxito de su tramitación.

1 comentario:

Unknown dijo...

La fotografía no merece comentario alguno: ella muestra la realidad en la que vivimos.
Para desmoralizar? más? En todo caso, seguiremos luchando.
paco lozano